Entusiasmo, curiosidad y diversión
Explicar qué se hace en la Facultad de Ingeniería es uno de los cometidos principales de Ingeniería de Muestra (IdM), actividad organizada por el centro de estudios y su Fundación Julio Ricaldoni.
De la tarea explicativa participaron muchos estudiantes, egresados y docentes. Algunos detallaron las características de sus proyectos con más facilidad que otros. En todos los stands abundaron las preguntas del público y las reflexiones. Muchos de los expositores dijeron presente los tres días de muestra, mientras otros voluntarios se fueron turnando.
Una de las que estuvo presente los tres días de muestra fue la Ing. María Cecilia Costa, quien explicó de manera incansable la tesis de grado que realizó en equipo con Renzo Caballero y Gonzalo Carozo, donde diseñaron un amplificador integrado de señales biológicas (cardíacas, neuronales y musculares) para estudios médicos (BINTEP). De forma entusiasta relató una y otra vez que el pequeño dispositivo transparente de un centímetro y medio de lado era el inicio de lo que en una etapa posterior podría convertirse en un chip implantable para ser colocado en un paciente crónico.
Costa relató que una interrogante que se repitió durante los tres días trataba sobre el origen del amplificador, ya que surgían dudas dónde se podía construir algo tan chiquito y tan útil. La respuesta era que mandaron a construir un prototipo de su proyecto de tesis a Estados Unidos, ya que en Uruguay y en la región todavía no se hace.
Algo que despertaba la curiosidad de los visitantes era la presencia de un maniquí en el stand. Su figura, que lucía sentada y con sombrero, atraía a grandes y chicos. Y las explicaciones que daban de su iniciativa variaban en función del conocimiento que manifestaba tener el público.
El esfuerzo de los tres días valió la pena porque el stand de Costa y del equipo de trabajo obtuvo el premio del público al mejor stand de Proyecto de Grado.
La Ing. Florencia Blasina fue otra de las expositoras que prácticamente no paró de hablar durante los tres días de IdM. Pasó rodeada de gente, respondiendo preguntas sobre su tesis de grado, que realizó junto con Facundo Artagaveytia, Nicolás Márquez. Ellos diseñaron y construyeron Pez Robot II, un prototipo de nado autónomo, capaz de desplazarse en plano horizontal y de regular su profundidad. Además, al robot con forma de pez le asignaron comportamientos y emociones que varían en función de las influencias externas.
Blasina contó que lo que más le consultaron era para qué servía el pez robot, a lo que ella explicaba las posibilidades de adaptar el proyecto para nadar en espacios más grandes o en aquellos lugares a los que el hombre no accede, o su capacidad de recibir señales acústicas del entorno. También surgían preguntas en cuanto a la inteligencia artificial a partir de la asignación de emociones y comportamientos.
Dijo que la pregunta más sorprendente se la hizo un niño muy chico, quien al ver los ojos del robot le consultó si funcionaban como sensores por “ecolocación” (percepción del eco). Ante su expresión de sorpresa por la pregunta la mamá del niño le dijo que de camino a la muestra iban hablando de los murciélagos, quienes poseen ese sistema de percepción.
La labor de Blasina y de todo su equipo tampoco fue en vano ya que su proyecto ganó el segundo premio del Instituto de Ingeniería Eléctrica- Categoría Sistemas, Electrónica y Control.
En el espacio del Laboratorio de Medios (Medialab) los chicos fueron los que más se divirtieron mientras que los grandes hacían las preguntas. Allí montaron una especie de carpa cerrada y un cañón proyectaba imágenes que se modificaban a partir de un sensor de movimiento, adaptándose a las posiciones que se realizaba por delante. La propuesta generó que los niños disfrutaran bailando viendo cómo ellos mismos modificaban las imágenes proyectadas, aunque algunos adultos también se animaron a desplegar movimientos corporales.
En el stand las preguntas fueron las esperadas: para qué servía la propuesta. Ewelina Bakala, docente de Medialab, explicó que su principal función está destinada a las artes escénicas, más que nada a la danza y que también pueden generarse variaciones con la voz, por lo que la proyección podría acompañar una ópera.
Bakala comentó, entre risas, que otra consulta frecuente de los adultos era si se podía contratar la proyección para la animación de fiestas infantiles, a lo que ella respondía en forma negativa la divertida pregunta.