Vitrales contemporáneos
Proyecto de reciclaje de cortes de vidrio transparente para convertirlos en revestimientos, placas traslúcidas o separadores de ambientes.
Carolina Rava y Andrea Ferreira, diseñadora industrial y licenciada en comunicación respectivamente, conformaron un emprendimiento para reciclar vidrio de desecho industrial que en la actualidad termina en la usina final Felipe Cardoso.
Primero se acercaron a la Fundación Julio Ricaldoni (FJR) con su idea y participaron de los talleres dirigidos a emprendedores con propuestas de base científico-tecnológica. Al finalizarlos, patrocinados por la FJR, se postularon al instrumento de validación de idea técnica y de negocios de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII) y la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) y su proyecto fue elegido.
En este momento trabajan en la validación técnica de placas de vidrio reciclado realizadas con sobrantes provenientes, por ejemplo, de fábricas de cerramientos, cuando se cortan vidrios para ventanas. En la actualidad, en Montevideo, esos restos son trasladados mediante un flete a la usina de residuo y no se genera una economía circular al respecto.
Rava contó que comenzó a experimentar con el vidrio mientras estudiaba en el Centro de Diseño Industrial (actual Escuela Universitaria Centro de Diseño). Con el tiempo unió su amor por el material a las preocupaciones medioambientales que siempre tuvo y creó una línea de productos confeccionados con botellas de vidrio que no son devueltas al mercado, como lo son las de vino y las de algunas cervezas. Mediante su iniciativa confirmó que el material resulta atractivo para la decoración pero el aporte medioambiental no era tan significativo para la problemática. Por lo que siguió adelante pensando y proyectando.
De la experimentación surgió la inquietud sobre qué pasaría con el vidrio plano al fusionarlo entre sí a altas temperaturas. Así confirmó que podía generar una nueva placa de vidrio traslúcida pero no transparente. “Yo tenía un horno chico y experimentando tuve algunos hallazgos y dije: ´esto es industrializable´”.
Para generar una propuesta que estuviera a nivel industrial, se unió con Ferreira para crear una iniciativa que comience a dar respuestas a la necesidad de reciclar parte del residuo de vidrio industrial.
Productos originales
El equipo está trabajando para poder ofrecer tres productos concretos para el sector de la construcción. Uno es vidrio para cerramientos, traslúcido pero no transparente. Éste podrá utilizarse en mamparas de baño o podrá sustituir vidrios fantasía.
Otro producto son placas más gruesas para utilizar como mesadas de cocina que sustituyan al granito. Y finalmente azulejos convencionales para instalar en paredes.
Las piezas serán transparentes y podrán tener detalles color verde y ámbar, que son los envases que actualmente ingresan al mercado y no se reciclan.
La propuesta contemplará además servicio de diseño. Es decir, dentro de las posibilidades, se pretende adaptar las piezas estandarizadas a distintos diseños. “La propuesta la tenemos que armar cuando trabajemos la validación comercial, pero lo más lindo sería poder brindar un servicio de diseño”, resumió Rava.
Por su parte, Ferreira relató el largo camino que resta por recorrer: “Primero hay que hacer una tarea de concientizar sobre qué implica el residuo de vidrio y por qué es interesante reciclarlo. Después generar entrevistas con empresas y fábricas de cerramientos para explicar, por ejemplo, su posible aplicación. Y a la misma vez, conocer sus intereses y compromisos a futuro”, resumió.
“Me parece que tiene tremendo potencial el proyecto, tiene un ganar-ganar para todos, para las vidrierías, para el medioambiente, para la construcción, estudios de arquitectos y para nosotras dos”, puntualizó Ferreira. Y destacó como “innovador” el hecho de que sean dos mujeres las que lideren un emprendimiento que el día de mañana abastecerá a empresas y fábricas de un sector muy masculino, el de la construcción.