Polinización a medida

SheeBee es el primer emprendimiento uruguayo que comercializa abejorros, un tipo de abeja autóctona del género Bombus, para mejorar la polinización de cultivos comerciales.

Sus fundadores, la investigadora de Facultad de Ciencias Sheena Salvarrey y el apicultor Diego Rosenbach, cuentan con el apoyo de Fundación Ricaldoni (FJR).

La primera vez que Salvarrey pensó en convertir sus saberes académicos en un emprendimiento fue mientras realizaba su Maestría en Ciencias Agrarias. “Mientras investigaba la potencial utilización de los abejorros como polinizadores en cultivos comerciales y la cría en cautiverio de especies nativas, me di cuenta que el sector productivo necesita de un polinizador y que se necesitan biotecnologías que ayuden a los productores”, explicó al portal de la FJR.

En el transcurso de la redacción de su tesis supo que las colonias de abejorros eran objeto de comercio en Europa y que la importación de colonias foráneas habían provocado problemas en algunos países americanos. Por ejemplo, en la década de los 90, Chile importó abejorros europeos que compitieron con sus especies nativas, se establecieron, y luego se propagaron a la Argentina donde están establecidas hasta hoy. “Esto alarmó a los científicos del sur de América”, indicó.

La emprendedora relató que actualmente Uruguay importa colonias de abejorros Bombus desde Argentina. “Como investigadora, estoy en contra de estas importaciones porque, si bien es una especie nativa, implican mover material biológico de un país a otro. Entonces, si nos oponemos a la importación, hay que darles una alternativa a los productores para que puedan desarrollar una producción sostenible y agro ecológica. En eso se basa nuestro emprendimiento”, señaló la actual doctora en Ciencias Agrarias.

La importancia de la polinización

En Uruguay, la polinización realizada por insectos (polinización entomófila) contribuye aproximadamente con 115 millones de dólares anuales al sector agrícola del país. La estimación surge de un cálculo que toma como base la información de producción de la Oficina de Estadísticas Agropecuarias (DIEA) del Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) y la información de dependencia entomófila de cada cultivo producido.

La falta de un polinizador eficiente afecta a los productores agrícolas que cultivan bajo invernáculo especies como tomate, melón y zapallito, donde los abejorros y otros insectos, contribuyen entre 40-70% a la polinización. Según datos de DIEA, hay 1.163 productores de estas especies en Uruguay, que ocupan 753 hectáreas de invernáculos y producen 29.729 toneladas anuales de estos productos. Estos productores se concentran en las zonas sur y norte del país en departamentos como Canelones y Salto (MGAP).

"En el caso del cultivo de tomate, y teniendo en cuenta que una producción anual ronda los 1.200.000 dólares, la falta de un polinizador eficiente puede reducir la facturación en unos 40.000 dólares por invernáculo", señaló Salvarrey.

Otros beneficiarios potenciales de los servicios de SheeBee son los productores del sector semillero, quienes siembran una superficie de 2.586 hectáreas anuales (DIEA 2024).

La comercialización del abejorro

SheeBee propone a cada cliente un plan de polinización con colonias de abejorros nativos del género Bombus, el que incluye colonias adaptadas a las necesidades específicas de cada cultivo y visitas de expertos para realizar un seguimiento de la actividad y estado sanitario de los abejorros.

Cada colonia incluye una reina fundadora y la cantidad adecuada de obreras para salir a trabajar sobre las flores, las que estarán dispuestas en cajas-nidos con materiales de protección y fácil manejo.

Para poder llevar adelante la propuesta, los emprendedores desarrollaron un criadero de abejorros Bombus cuyo prototipo ya demostró su capacidad de obtener colonias en un periodo de 60-75 días.

Con el objetivo de criar y testear al menos 30 colonias en cuatro predios, en 2024 y con el apoyo de FJR, los emprendedores de SheeBee accedieron a una financiación del instrumento de Validación de la Idea de Negocios (VIN) de la Agencia Nacional de Desarrollo (ANDE) y de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII).

El VIN les permitió el acompañamiento de Fundación Ricaldoni en el proceso de validación comercial de la idea de negocio, la asesoría técnica del experto Álvaro Ballester y el financiamiento no reembolsable de 222.000 pesos uruguayos para llevar adelante el plan de validación.

El camino emprendedor

“Desde que empecé el taller de Brújula Emprendedora con Fundación Ricaldoni no he parado de aprender”, comentó Salvarrey.

“Arranqué con los abejorros en 2012 y fui superando diferentes limitantes en el ámbito del laboratorio. Actualmente tenemos los abejorros y el know how pero tener una empresa e insertarse en este mundo empresarial requiere otro tipo de habilidades”, señaló.

En este momento, los emprendedores están poniendo a punto la logística de la distribución, la construcción de un kit para entregarle las colonias a los clientes y una variedad de asuntos empresariales que van desde darle forma a la empresa hasta el diseño gráfico. “Son temas que no manejaba y en los cuales la FJR nos está ayudando mucho”.

En el marco de este acompañamiento, se enfocarán en seleccionar a qué tipo de productores van a apuntar y, en base a eso, qué tipo de colonias precisan. “Una producción bajo invernáculo tiene necesidades distintas que una producción forrajera a cielo abierto”, explicó. “A su vez hay plantas que tienen mucha importancia económica y donde los abejorros son muy eficientes, como por ejemplo, el trébol rojo”, señaló la emprendedora.

Entre las mayores dificultades a superar, Salvarrey señaló que le cuesta “pensar como una persona que lleva adelante una empresa. La investigación me apasiona y a veces por saber, no valoramos mucho el esfuerzo, el tiempo ni la dedicación. Acá es diferente: hay que brindar una solución y tengo que recibir un rédito para que la máquina siga funcionando. Porque si no, no funciona”.

Agregó que también le resultó difícil visualizar que el mundo empresarial “tiene otro lenguaje”. “Yo les cuento a Silvana Nallem y a Ballester de Fundación lo que quiero hacer y ellos me lo llevan al lenguaje empresarial. Le ponen el nombre adecuado”, comentó entre risas.

“Por ejemplo a la hora de dividir el segmento de clientes, para mí era llevar colonias de abejorros para mejorar la producción de frutos o de semillas. En este trabajo con la FJR me fui dando cuenta que, para conseguir a esos clientes, tenía que ir a lugares diferentes, porque son ámbitos distintos.
En la investigación, escribís un paper, vas a un congreso, y tu mensaje ya le llegó a todos los destinatarios a los cuales te querías dirigir. Pero en el ámbito empresarial no funciona así, hay que ir a buscar a las personas destinatarias. Son personas diferentes a las que hay que hablarles en forma distinta, valorar distintos beneficios que les ofrecerán los abejorros”, explicó.

Apoyos FJR

El instrumento VIN de ANDE y ANII permite acompañar a emprendedores en sus primeros pasos para emprender, apoyar proyectos que planteen experimentos de validación para el desarrollo de un mínimo producto viable y su testeo en el mercado objetivo, que requieran de fondos económicos para su ejecución y que tengan como objetivo probar la viabilidad comercial del producto o servicio.

Los primeros pasos de un emprendimiento son una etapa fermental en la que el equipo emprendedor debe preguntarse, entre otras cosas, qué problema quieren resolver y quiénes lo tienen, cómo lo van a resolver y cuál es el valor que quieren aportar al mercado.

"La etapa de postulación al VIN genera mucho intercambio, muchas idas y vueltas. Es un trabajo súper intenso que realizamos junto a los emprendedores y, en este caso, con el facilitador Álvaro Ballester”, señaló la ejecutiva del Área Emprendimientos de FJR, Silvana Nallem.

En su criterio, SheeBee es "un caso excepcional" porque "está liderado por una mujer en base al conocimiento que investigó en su tesis doctoral y tiene la motivación de convertirlo en un emprendimiento de base científico - tecnológica".

Nallem también valoró que el emprendimiento está alineado con la preservación de la biodiversidad nacional. "De hecho, la emprendedora analiza nuestro ecosistema con conocimiento local y genera soluciones a medida para nuestro ambiente", concluyó.

Aquí podrás acceder a otros apoyos que Fundación Ricaldoni brinda a emprendedores con proyectos de base científico – tecnológica.

Aquí te presentamos cinco emprendimientos recientemente apoyados por FJR:
• Épico - Crampton Tech
• El agua justa - Wisflow
• La máquina de alegría - EPIS (Piñata electrónica)
• Meterse y pedalear - Indubots
• Despegados - Cielum / Dronfies Lab
 
Las fotos que ilustran esta nota son gentileza de SheeBee.